Para garantizar su sostenibilidad ambiental y social, las
compañías colombianas están empezando a migrar hacia el desarrollo de
mecanismos que, a través de la innovación y la tecnología, disminuyan el
impacto ambiental de sus operaciones.
Con la adopción del biocomercio, el sector público y privado
nacional estarían encontrando una nueva forma de generar desarrollo y progreso,
aprovechando la biodiversidad colombiana como eje estratégico de sus planes de
competitividad.
De acuerdo con los expertos, este mecanismo de trabajo se
debe convertir en una oportunidad real de combatir la pobreza en Latinoamérica,
pues incorpora a los sectores de bajos ingresos ya sea como consumidores,
proveedores o distribuidores.
Y aunque en Colombia la participación de los diferentes
segmentos de la sociedad puede ser bajo, existen oportunidades para desarrollar
este mecanismo de trabajo en diferentes industrias del país.
"Colombia aún está en proceso de desarrollar el
biocomercio y sus cadenas de valor. En este sentido se ha identificado que la
cadena de ingredientes naturales para la industria cosmética, alimenticia y
farmacéutica, tiene un gran potencial para ser desarrolladas como unas de clase
mundial", afirmó John Bejarano, director ejecutivo del Fondo Biocomercio.
Según explica el experto, el país viene incursionando en
esos mercados de manera artesanal y con la participación de unas pocas pyme,
así mismo no se pueden dar cifras reales de producción o exportación, dado que
aún hace falta desarrollar un sistema de información confiable que reporte las
cifras sobre el intercambio comercial.
TIPOS DE PRODUCTOS
El biocomercio es una oportunidad para que las grandes
empresas se inclinen por el uso de buenas practicas ambientales en sus
operaciones, o bien, para que las pequeñas compañías y proyectos de
emprendimiento encuentren una nueva fuente de trabajo.
Dentro de las industrias que las organizaciones líderes en
esta área de trabajo han propuesto para los diferentes sectores, existen
soluciones para todos los sectores productivos.
La primera de estas categorías, definidas por el Instituto
Humboldt como Punto Focal Técnico del Programa Nacional de Biocomercio, es la
agropecuaria.
Dentro de esta rama se incluyen todos productos agrícolas,
pecuarios, piscícolas o de la biodiversidad nativa, que se obtengan mediante el
aprovechamiento sostenible de los recursos naturales bajo adecuadas prácticas
ambientales y sociales en los diferentes sistemas o arreglos productivos.
Otra de las categorías definidas por los expertos es la de
productos maderables, que se refiere a aquellos provenientes del
aprovechamiento sostenible de especies maderables de bosques naturales y
plantaciones con fines de comercialización de maderas como materia prima o
transformada.
Además de estos, se encuentra la rama de productos no
maderables, que se refieren a los individuos, partes y derivados vivos o
muertos obtenidos mediante el aprovechamiento de especies provenientes del
medio natural que en ningún caso hayan sufrido procesos de domesticación,
entendiéndose esta como cualquier intervención del hombre en "sus ciclos
naturales".
Por último se encuentra la categoría de ecoturismo, que se
refiere a las actividades especializadas que se desarrolla en áreas con un
atractivo natural especial y se enmarca dentro de los parámetros del desarrollo
humano sostenible.
Según la Ley 300, a través de este tipo de turismo se busca
la el esparcimiento y la educación del visitante a través de la observación, el
estudio de los valores naturales y los aspectos culturales relacionados con
ellos.
Este producto es quizá uno de los que más ha tenido auge en
el país, y de los que posiblemente se registre un mayor crecimiento en el
mediano plazo.
Actualmente, existen cientos de destinos turísticos en las
cinco regiones del país en las que se practican actividades que promueven la
visita a regiones con un fuerte potencial natural, y que trabajan en pro del
medio ambiente.
Según Jean Claude Bessudo, presidente de Aviatur, el
ecoturismo es uno de los nichos de negocio con mayor potencial de crecimiento
gracias a la biodiversidad presente en el país.
"Por la cantidad de especies de animales y plantas que
tiene Colombia, existen muy buenas probabilidades para que este mercado se
desarrolle mucho más, para que cada vez llegue un mayor número de turistas al
país, lo que a su vez promoverá la generación de más puestos de empleo en las
regiones", aseguró Besudo.
El presidente de la agencia de turismo dijo que si en
Colombia se invierte más para promover este tipo de actividad económica, se
pueden generar mayores ingresos en el mediano plazo.
"Sólo desde que tomamos la administración de algunos
parques naturales del país, han aumentado las visitas en cerca de un 47%",
dijo el empresario.
PRÁCTICAS AGRÍCOLAS
SOSTENIBLES
Aunque el ecoturismo es uno de los productos del biocomercio
que más tiene presencia en el país, los expertos en la materia aseguran que las
empresas que adoptan prácticas agrícolas sostenibles cuentan con mayores
posibilidades de crecimiento para el mediano plazo. Según John Bejarano,
director ejecutivo del Fondo Biocomercio, la industria colombiana tiene muchas
oportunidades para adentrarse en la investigación e innovación en los procesos agrícolas,
lo que será clave para que las empresas locales de todos los tamaños logren
contar con una sostenibilidad ambiental y social en sus procesos. "La
tecnología y los métodos alternativos son la clave para que las compañías
puedan desarrollar buenas prácticas de trabajo relacionadas con el sector agro,
no solamente las grandes corporaciones. Vemos que pequeñas firmas y
laboratorios como Labfarve, Ecoflora y Naidi S.A.S, y Phitother, han demostrado
que a través de la creatividad se pueden lograr grandes resultados en pro del
medio ambiente en un mercado tan competitivo", dijo Bejarano.
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